Hoy en día tenemos la enorme responsabilidad de adaptarnos a un nuevo modo de comunicarnos. Conocer los medios, dónde hacerlo, el lenguaje utilizado, la tecnología necesaria y los dispositivos son elementos imprescindibles para esta aventura. Las redes sociales son un buen sistema vehicular como generadoras y cimentadoras de los nuevos códigos de comunicación. Formar parte de la sociedad cibernética nos hace más sentir más seguros y confiados de que podremos comunicarnos y fortalecernos como usuarios. Una vez llegados a este punto siempre es muy recurrente hablar de marca personal. Destacar sobre el grupo es otra de las necesidades que tenemos para poner en valor nuestra marca. En ocasiones, cuando nos marcamos una meta creemos que no somos nadie sin una marca personal, pero tampoco tenemos claro para qué queremos tenerla. En la jungla digital, hacerse hueco no es sencillo y el primer error viene en querer destacar, sin más. Tratar la marca personal como si fuese una mera imagen que se compra o un diseño estético adecuado es el primer error que debemos evitar. Es lo que viene siendo construir la casa por el tejado y suele darse porque no tenemos definida una estrategia de lo que queremos alcanzar y el plazo para ejecutarlo. Marca personal no es comprar un dominio o que te creen una imagen con una serie de colores y fuentes específicas o abrir compulsivamente perfiles en todas las redes sociales. La marca personal conlleva una conciencia clara de que debemos destacar profesionalmente en un sector concreto y que con ello tenemos que conseguir mejorar nuestras opciones laborales
Podemos estructurar la marca personal a través de algunos puntos:
.- ¿Quién soy? Solo conociéndonos seremos capaces de vendernos, aprender y mejorar
.- ¿Qué soy? Definir nuestra identidad con una imagen que refleje nuestra personalidad y por la cual queremos que los demás nos recuerden
.- ¿Qué me hace diferente respecto a los demás? Especializarnos en un área profesional concreta
.- ¿Dónde quiero llegar? Marcarnos una meta realista, algo que podamos alcanzar. Una recomendación es poner la expectativa muy alta y escalonarla por tramos y plazos accesibles y creíbles.
.-¿Qué etiquetas me definen? Buscar el equilibrio entre lo que pensamos, decimos y hacemos es un modo de alcanzar la homogeneidad respecto a las etiquetas que lanzaremos en cada uno de nuestros trabajos y presencia digital. Hacernos con un eslogan, palabras y términos ayudará a afianzar las etiquetas
.- ¿Quién me parece admirable? Tener referentes es un buen sistema de aprendizaje y correcciones
.-¿Cuál es mi red de contactos? No sirve de nada que trabajemos nuestra marca si no tenemos una red de contactos a la que llegar
.- ¿Dónde me voy a proyectar? Establecer en qué plataformas y redes mostrarnos. Quizás todas las redes no nos sean necesarias pero podemos abrirnos perfiles en las más seguidas y dinamizar nuestro mensaje donde se encuentre nuestro público objetivo. Tener un blog es una de las primeras tareas que deberíamos desarrollar
.- ¿Cuándo alcanzar las metas? Poner fecha es importante porque si no lo hacemos perdemos la guía de si nuestras ideas se convierten en proyectos o siguen en algo incipiente
.-¿Cómo voy a hacer que mi marca sea conocida? En este punto nadie puede dudar de que el modo de alcanzar cierto nivel de penetración e influencia en el sector que nos especialicemos depende de nuestro trabajo. Debemos tener una trayectoria definida por aquello que queremos que nos conozcan, la especialización y la profesionalidad.
Elige tu forma de ser y tu forma de estar, trabaja duro, sé humilde y proactivo