Mi momento Twitter, sin lugar a dudas, fue cuando desarrollamos la estrategia de comunicación de FACUA ante su amenaza de ilegalización por criticar la subida del IVA y los recortes en sanidad y educación.
El primer sábado de agosto de 2012, propuse el hashtag #yosoyfacua para que losusuarios mostraran su solidaridad con FACUA ante el atentado contra la libertad de expresión y el derecho de asociación en el que estaba incurriendo el Gobierno.
La indignación y el carácter altamente reivindicativo de los mensajes que lanzamos desde @facua provocaron la viralidad del hashtag, convirtiendo a #yosoyfacua y FACUA en trending topic durante tres días.
El ruido provocado en redes sociales y la solidaridad que acuñaron miles de tuiteros utilizando el hashtag hizo que los medios de comunicación audiovisuales y de prensa escrita se hiciesen eco no sólo de la noticia de la amenaza de la ilegalización, sino del importante apoyo recibido a través de las redes.
Hoy, casi un año después, el Gobierno no ha consumado su amenaza de ilegalización de FACUA.
Ese día me di cuenta del poder de movilización que puede provocar la viralización de un mensaje de injusticia e indignación a través de las redes y aunque haya promovido otros contagios a través un hashtag, hasta entonces, no me di cuenta verdaderamente de que la unión hace la fuerza y que la democracia también se traslada al mundo 2.0. Fue gratificante reconocer en primera persona, la posibilidad de establecer cambios sociales utilizando plataformas como Twitter y también saber que los poderes democráticos los tiene el ciudadano. A fin de cuentas, el bien común es lo que pretende la democracia, ¿no?
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